Fui con todo el temor a cuestas a preguntar si de casualidad habían encontrado mi proyecto. Lo bueno: lo encontraron. Lo malo: no ha pasado aún por la aprobación del consejo técnico. Para partirles la cara: la secretaria jura que no se lo entregué a ella, siendo que tengo su firma de recibido.
Mi asesor dice que debo acelerar el rimo para empezar a trabajar en lo más difícil, los trámites, la burocracia y la corrupción de la universidad. Prácticamente me dijo que esté preparada ya que será difícil gracias a los problemas políticos que hay al interior de la facultad.
Y todavía falta ver si el consejo acepta mi proyecto, ahora sí.
El ánimo no ha decaído, que supongo es lo que importa pero mis instintos asesinos comienzan a despertar.
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